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miércoles, 30 de diciembre de 2009

FELIZ AÑO NUEVO 2010



Maria, Soraya y la pequeña Maria os desean un feliz 2010


Mis hijos Roberto y Juan Francisco (con su hija Maria) también os desean un feliz 2010.


Faltaba yo y aquí me teneis con Maria




Amigos y amigas que me leeis, estamos a las puertas de un año nuevo. Un año que de momento guarda mil y una incógnitas. Un año que se irá desvelando con el correr de los días, de los meses... como lo ha hecho este que termina dentro de muy pocas horas. Desde aquí, quiero desearos a cuant@s me habeis honrado con vuestra amistad una feliz salida de este 2009 y una mas feliz aún entrada en ese 2010 lleno como he dicho antes de incógnitas. Os seguiré esperando con ilusión a lo largo de sus 365 días todavía sin estrenar, y me agradará recibir vuestros comentarios, y opiniones; os visitaré también con esa misma ilusión para leer vuestras reflexiones, vuestros poemas, todo aquello que a veces sin darnos cuenta se nos escapa de la mente y se nos va en letras por las páginas de nuestros ordenadores.
Empecé mí andadura por este mundo de los blogs a últimos de Abril de este todavía 2009. Puedo aseguraros que ha sido una experiencia muy bonita. He conocido much@s amig@s con l@s que he compartido cosas muy agradables, he aprendido muchas cosas, y confío en que tambíén algun@ habréis aprendido de aquello que yo escribí.
Mí intención es seguir aprendiendo y compartiendo este año 2010 con todos y todas cuantos queráis seguir pasando por aquí. Y os deseo como he dicho al principio de mí perorata lo mejor para este año. Que todos los sueños que guardáis en el corazón porque se han quedado ahí dormidos, afloren de nuevo a vuestra mente y encuentren este año su realización. Y sobre todo, que nunca perdáis la ilusión que un día os impulsó a escribir y contar todo lo que lleváis en el corazón.
Un abrazo sincero de vuestro amigo, al que un día, también encontrasteis aquí en este medio y que como os dije antes, se siente agradecido y feliz de haberos conocido.

FELIZ AÑO 2010

Hoy os dejo un poema de Guillermo Aguirre Fierro, un poeta mexicano. Se titula "El brindis del bohemio" y es uno de esos poemas que te encuentras un día y que te remueve por dentro al leerlo. Espero que os guste.

El brindis del bohemio
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En torno de una mesa de cantina
una noche de invierno,
regocijadamente departían
seis alegres bohemios.
Los ecos de sus risas se escapaban
y de aquel barrio quieto,
iban a interrumpir el imponente
y profundo silencio.
El humo de olorosos cigarrillos
en espirales se elevaba al cielo,
simbolizando al disolverse en nada
la vida de los sueños.
Pero en todos los labios había risas,
inspiración en todos los cerebros,
y, repartidas en la mesa, copas
pletóricas de ron, wisky y ajenjo.
Era curioso ver aquel conjunto,
de aquel grupo bohemio,
del que brotaba la palabra chusca,
la que vierte el veneno,
lo mismo que, melosa y delicada
la música de un verso.
A cada nueva libación, las penas
hallábanse más lejos
del grupo, y nueva inspiración llegaba
a todos los cerebros
con el idilio roto que venía
en alas del recuerdo.
Olvidaba decir que aquella noche,
aquel grupo bohemio
celebraba entre risas, libaciones,
chascarrilos y versos,
la agonía de un año, que amarguras
dejó en todos los pechos,
y la llegada lógica,
del feliz año nuevo.

Una voz varonil dijo de pronto:
"¡Las doce, compañeros! 
Digamos el requiéscant por el año
que ha pasado a formar entre los muertos.
¡Brindemos por el año que comienza!
Porque nos traiga sueños;
porque no sea su equipaje un cúmulo
de amargos desconsuelos."

"Brindo -dijo otra voz- por la esperanza
que a la vida nos lanza,
de vencer los rigores del destino,
por la esperanza, nuestra dulce amiga
que las penas mitiga
y convierte en vergel nuestro camino.
Brindo, porque ya hubiese a mí existencia
puesto fin con violencia
esgrimiendo en mí frente la venganza,
si en mí cielo de tul limpio y divino
no alumbrara mí sino
una pálida estrella: Mí esperanza."

"¡Bravo! -dijeron todos- Inspirado
esta noche has estado
y hablaste breve, bueno y sustancioso.
El turno es de Raúl, alce su copa
y brinde... por Europa,
ya que su extranjerismo es delicioso..."

"Bebo y brindo -clamó el interpelado-
por mí pasado, que fue de luz,
de amor y de alegría;
y frentes soñadoras
que se juntaron con la frente mía...
Brindo por el ayer que en la amargura
que hoy cubre de negrura
mí corazón, esparce sus consuelos
trayendo hasta mí mente las dulzuras
de goces, de ternuras,
de dichas, de deliquios, de desvelos."

"Yo brindo -dijo Juan- porque en mí mente
brote un torrente
de inspiración divina, seductora,
porque vibre en las cuerdas de mí lira
el verso que suspira,
que sonríe, que canta y que enamora.
Brindo porque mis besos, cual saetas
lleguen hasta las grietas
formadas de metal y de grnito
del corazón de la mujer ingrata
que a desdenes me mata...
...¡pero que tiene un cuerpo muy bonito!
Porque a su corazón llegue mí canto,
porque enjuguen mí llanto
sus manos que me causan embelesos,
porque con creces mí pasión me pague,
¡vamos!, porque me embriágue
con el divino nectar de sus besos."

Siguió la tempestad de frases vanas,
de aquellas tan humanas
que hallan en todas partes acomodo;
en cada frase de entusiasmo ardiente,
hubo ovación creciente,
y libaciones y reir de todo.
Se brindó por la patria, por las flores,
por los castos amores
que hacen un valladar de una ventana,
por esas pasiones voluptuosas
que el fango del placer llena de rosas
y hacen de la mujer la cortesana.
Solo faltaba un brindis, el de Arturo,
el del bohemio puro,
de noble corazón y gran cabeza;
aquel que sin ambages declaraba
 que solo ambicionaba
robarle inspiración a la tristeza.
Por todos estrechado, alzó la copa
frente a la alegre tropa
desbordante de risa y de contento.
Los inundó en la luz de su mirada,
sacudió su melena alborotada
y dijo así, con inspirado acento:

"Brindo por la mujer, mas no por esa
en la que hallais consuelo en la tristeza,
rescoldo del placer, ¡desventurados!;
no por esa que os brinda sus hechizos,
cuando besáis sus rizos
artificiosamente perfumados.
Yo no brindo por ella, compañeros,
siento por esta vez no complaceros,
brindo por la mujer, pero por una,
por la que me brindó sus embelesos
y me envolvió en sus besos:
por la mujer que me arrullo en la cuna.
Por la mujer que me enseñó de niño
lo que vale el cariño
exquisito, profundo y verdadero,
por la mujer que me llevó en sus brazos
y que me dió en pedazos
uno por uno, el corazón entero.
¡Por mí madre!, bohemios, por la anciana
que piensa en el mañana
como en algo muy dulce y deseado,
porque sueña tal vez que mí destino
me señala el camino
por el que volveré pronto a su lado.
Por la anciana adorada y bendecida,
por la que con su sangre me dió vida
y ternura y cariño:
por la que fue la luz del alma mía
y lloró de alegría, sintiendo mí cabeza
en su corpiño.
Por esa brindo yo,
dejad que llore y en lágrimas desflore
esta pena letal que me asesina,
dejad que brinde por mí madre ausente,
por la que llora y siente
que mí ausencia es un fuego que calcina.
Por la anciana infeliz que gime y llora
y que del cielo implora
que vuelva yo muy pronto a estar con ella;
por mí madre, bohemios,
que es dulzura vertida en mí amargura
y en esta noche de mí vida estrella..."


El bohemio calló. Ningún acento
profanó el sentimiento
nacido del dolor y la ternura,
y pareció que sobre aquel ambiente
flotaba dulcemente
un poema de amor y de amargura.
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Espero que os haya gustado. Tal vez sea un poco triste, pero lleva dentro un hermoso canto de amor maternal. Por eso lo he elegido. Porque también me gusta recordar a los seres queridos que ya no están conmigo. Un abrazo para tod@s.


Xila también os felicita, pero estaba por ahí... ¡como hace tanto frío!






                                                                           ...¡se ha puesto el abrigo! jejejeje

Que cada campanada en esta noche mágica sea para vosotros y vosotras un mes de felicidad en este nuevo 2010.