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miércoles, 31 de octubre de 2012

Cálida luz


"...Cálida luz, calienta esas paredes del pequeño y querido camposanto..."


Cálida luz
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Cálida luz sobre los campos fríos
reflejos luminosos van llenando
los ocultos rincones de la sierra...
los rincones aquellos que yo amo.
Y al inundar la luz los campos fríos,
su calor llenar de nueva vida
las ramas que el otoño desvistiera
y otra vez habrá flores y alegría.
Cálida luz, calienta generosa
los campos tan queridos de mi tierra,
los prados, el ejido, las encinas
y los viejos olivos de la sierra.
Todo aquello que un da ya lejano
recorrí tantas veces en mis juegos...
todo aquello que fuera tan querido
y que sigue llenando mis recuerdos.
Un tropel de emociones me atenaza,
al recordar las casas encaladas
y los juegos antaño bulliciosos
sobre las limpias calles empedradas.
Y mi pecho se ensancha con orgullo
y se impregna mi alma de nostalgias
y se enturbian mis ojos dulcemente
al evocar la tierra tan amada.
Cálida luz, cuando al llegar el día
despiertes a la gente de mi tierra,
diles que yo, lejano en la distancia,
la siento de verdad cerca, muy cerca...
tan cerca... tan real y tan amada...
que a veces, hasta creo que a su lado
sigo viviendo... ¡si!... tanto la añoro...
tan grande es el amor que la consagro.
Y en un rincón perdido, guarda el alma...
refugio del amor que nunca muere,
la capillita blanca y su campana
con la tristeza fría en sus paredes.
Cálida luz, calienta esas paredes
del pequeño y querido camposanto,
donde reposan en descanso eterno
los cuerpos de mis seres mas amados,
el tronco de esa casta que es la mía,
el tronco del que ayer me alimentara,
un tronco generoso... ya abatido...
¡tronco querido del que yo fui rama!
LLeva calor también a aquella hermana
cuyos restos descansan junto a ellos;
la mas pequeña fue... la mas amada...
la que vive en mis íntimos recuerdos.
Se fue un día lejano, como el ave,
que emigra lejos al llegar el frío...
olvidó su camino de retorno...
y nunca regresó al querido nido.
Dales ese calor que en la distancia
guarda en mi pecho su savia generosa;
dales, cálida luz, el dulce beso,
que en sueños ¡tantas veces da mi boca!

"...Y otra vez habrá flores y alegría"





J. F. Bravo Real