Seguidores

jueves, 6 de agosto de 2009

Las golondrinas




No soy un experto en ornitología. Para mí la golondrina es un ave al que desde niño me enseñaron a respetar y con eso me conformo. Mi madre era una enamorada de la lectura y particularmente, de la poesía y nunca escatimó sus esfuerzos para que sus hijos siguieran cultivando esa afición. Sobre las golondrinas nos contaba la historia -adornada como solo ella sabía hacerlo- de que cuando Jesucristo estaba en la cruz con la corona de espinas lacerando su cabeza, las golondrinas se acercaron y en bandadas se fueron turnando para quitárselas una por una. Hoy... ahora, escribiendo esto, rememoro aquella imagen. Mi madre sentada en una silla y todos sus hijos e hijas -siete- sentados alrededor de ella en la mesa camilla, escuchando embobados las hermosas historias que salían de sus labios. Se me hace un nudo en la garganta. ¡Dios! ¡como lo recuerdo! Entre otras cosas nos decía que ellas quitaron las espinas al Cristo de la Victoria de Serradilla -imagen que incluyo arriba- y así, al mismo tiempo que nuestra devoción al Cristo, ella despertó en nosotros el respeto hacia estos animalitos.
Luego un día, aceptando el desafío de mi queridísima hermana Sara (q.e.p.d.) empecé a escribir poesía y otras cosas, -pero sobre todo poesía- y se me ocurrió plasmar en un poema aquellas cosas tan bonitas que mi madre me contaba sobre las golondrinas. De ahí nació este poema titulado Las golondrinas.
Las golondrinas
________________________________________
______________________________
___________________
Me lo contaron de niño
y de verdad... lo creí
y desde entonces sentí
por ellas un gran cariño
y temor a maltratarlas.
Hacerlas daño me duele,
me conformo con mirarlas
y libres, dejar que vuelen.
Nos decían que ocurrió
este hecho singular
en el monte en que murió
Jesús. Antes de expirar,
le vieron dos golondrinas
que al notar sus sufrimiento
van dispuestas al momento
a quitarle las espinas.
Y al ver que no conseguían
entre las dos desclavarlas,
llamaron a otras que había
que vinieron a ayudarlas
apenas lo hubieron visto
a quitarlas con amor...
a ayudar a Jesucristo
mitigando su dolor.
A millares se acercaron
presurosas... agitadas...
y al par que las arrancaron,
quedaron todas manchadas
con la sangre del Señor
que al verlas en su agonía,
decidió desde aquel día
darlas un nuevo color.
Repito que lo creí.
Yo las he visto posadas,
y puedo jurar aquí
que al mirarlas, comprendí
que sean tan apreciadas.
Las miré con atención
y tuve la sensación...
¡¡de que están ensangrentadas!!
Este poema se lo dedico a una tinerfeña llamada Victoria, del blog: Nos necesitan no los abndonemos y otros cinco mas. Amante de las golondrinas, conocedora de los saharauis y seguro que también conocerá la imagen del Cristo de Tacoronte. Siempre he oído que es una imagen muy similar a esta de nuestro Cristo de la Victoria.

14 comentarios:

Si hay alguien más dijo...

Contemplar nuestro Cristo es una de las experiencias más conmovedoras que he vivido. Gracias Juan por facilitar esta entrañable sorpresa de ver su imagen, y por recordarme parte de nuestra historia.

Mil besos

Juan Francisco dijo...

Hola sobrina, aquí tienes a nuestro Cristo. Mañana si Dios quiere voy a Serradilla y lo veré en persona. Cuando vas por ahí y te encuentras -como a mí me ha pasado- en alguna casa esta imagen, pero en dasa de gente que no es de Serradilla... uuuuuuuuh, se te corta el resuello. Un abrazo Sara.

Isabella Ros dijo...

JUAN,bello tu poema,las golondrinas son muy especiales,siempre me gustaron,desde niña despertaban en mi preguntas.Hoy,sé porqué;están muy ligadas a JESÚS.Impactante la imagen,
preciosa.Un gusto leerte.GRACIAS,por tus palabras,por tus deseos,los valoro de corazón.UN ABRAZO,desde mi ESPERANZA,ARGENTINA.

Juan Francisco dijo...

Hola Isabella, me alegra mucho verte por acá. La imagen es como tu dices impactante. Para nosotros, los serradillanos es algo único. Siempre nos acompaña.
Un abrazo de corazón desde esta orilla.

Unknown dijo...

Que bello poema, no conocia la historia de las golondrinas pero sentí mucha ternura al leer lo que hicieron estas aves tan pequeñas para mitigar el dolor de nuestro Señor Jesus, Gracias por pasar por mi blog y decir tan gentiles palabras un abrazo sincero y desde ya tu seguidora.

Juan Francisco dijo...

Hola Sekhmet, no te fies de la historia que cuento. Mi madre era una creyente sin fisuras y para ella las golondrinas tenían un encanto especial, de ahí su historia que a mí me parece maravillosa. Gracias por pasarte por aquí y dejar tu comentario. Nos seguiremos leyendo. Un fuerte abrazo. Juan.

Alma Mateos Taborda dijo...

Bellísimo poema. me llega mucho pues resido en la ciudad de Río Cuarto-Córdoba-Argentina, de donde emigran las golondrinas a Australia y cada verano regresan a anidar en la Plaza principal de la ciudad.Excelente tu trabajo. Felicitaciones!!Un abrazo

Juan Francisco dijo...

Un placer tu visita, Alma. ¿Verdad que son maravillosas las golondrinas? Me encanta oirlas trinar posadas en los cables de la luz. Un fuerte abrazo desde mí terruño, Alma. Juan.

mardelibertad dijo...

Bonito poema, ami tambien me gustan las golondrinas, aqui en mi tierra junto a un Santo llamado, San Antonio Abad, segun dice velan por l@s niñ@s, vuestro Cristo tiene un encanto especial
Abrazo desde mi Mar De Libertad

Juan Francisco dijo...

Hola mardelibertad, creo que nos gustan a todos ¿verdad?
El Cristo de la Victoria para mí tiene sobre todo el encanto de saber que es la imagen venerada en mí pueblo y que erala imagen que mí madre veneraba. Un abrazo de corazón.

Mª Teresa Sánchez Martín dijo...

Permite que considere mía también ( si me lo permite tu amiga Sara)la dedicatoria de tu poema. Adoro las golondrinas, me quedo extasiada contemplando su vuelo y escuchando su canto. Como ves es la imagen que adopto en mi perfíl. Si fuera pájaro, sería golondrina.

Bellísima la historia y el recuerdo de tu madre.

Saludos
Teresa

Juan Francisco dijo...

Mí madre murió cuando mis hijos eran muy pequeños, por lo tanto se perdieron todas esas cosas que las abuelas cuentan a sus nietos, aparte del cariño que con ellos derrochan. Pero estas cosas y otras muchas que ella nos contaba a sus hijos, he intentado transmitírselas yo en su nombre y esta de las golondrinas ha sido siempre para ellos, como lo fue para mí y mis hermanos muy bonita.
Puede que mucha gente se crea que la defensa de los animales ha nacido ahora... ¡que equivocados están! Abrazos Teresa. juan.

Anónimo dijo...

que bonito poema ,e cierto que las golondrinas son belliimas y junto a nuestro señor siempre

Juan Francisco dijo...

Siempre han sido para mí como animales casi sagrados. Eso me enseñaron y eso he enseñado a mis hijos Gracias por pasar Venus, y gracias por comentar. Un beso.